UN LUGAR PARA LOS MADRILEÑOS
de nacimiento y de corazón
Descubre si eres madrileño de corazón
Responde a estas sencillas preguntas y comprueba si eres un verdadero madrileño aunque no hayas nacido en la tierra del oso y el madroño. Recuerda que en Madrid a nadie se le pregunta de dónde viene simplemente se le acoge como a un ciudadano más. Un sólo Sí basta para ser parte de esta gran familia.
¿Eres forofo del Real o el Atlético?
Si te consideras merengue o colchonero y no te pierdes un sólo partido de Liga ni de Champions aunque sea el día de tu boda; te sabes la alineación completa del equipo; te emocionas cuando escuchas su himno (Halá Madrid...); celebras cada gol como si fuera la final del Mundial; y guardas la camiseta de tu equipo como un tesoro egipcio...entonces sí lo eres.
¿Has ido de tapas?
Y sabes que no se trata propiamente de ir a comer, ni a cenar, sino de una tradición muy madrileña que consiste en picotear aquí y allá pequeñas porciones, acompañadas de un chato o una caña, y por supuesto, de un buen amigo. O bien, se te hace agua la boca al pensar en un reconfortante cocido madrileño, o un delicioso bocata de calamares... entonces, sabes de lo que hablamos.
¿Te has enamorado bajo el cielo de Madrid?
"De Madrid al cielo" o "De Madrid el cielo". Si has comprobado por ti mismo que el cielo de Madrid es único y has tenido la tentación de descubrir el amor bajo sus estrellas; has bailado bajo su manto azul ; o has saboreado el placer de estar en una de sus terrazas ubicadas en las alturas... entonces, bienvenido.
¿Conoces los secretos de la Gran Vía?
Que nació en 1910 bajo el reinado de Alfonso XIII; que en algún momento se llamó avenida Rusia y que su nombre actual lo adoptó en 1981; que ha sido alfombrada con claveles convirtiendo a alguna dama en emperatriz de Lavapiés; y que la mejor forma de conocerla es "perdiéndose en ella"...entonces, estás en lo cierto.
¿Les has pedido algo a San Isidro?
Si alguna vez te has acordado del santo patrón que cada 15 de mayo celebra su fiesta, con una gran verbena por toda la ciudad, a ritmo de chotis; te has comido unas ricas rosquillas (tontas o listas); o te has dejado conquistar por un par de chulapos...entonces, no cabe duda: eres de pura cepa.